miércoles, 28 de diciembre de 2011

Te invitaría a cenar por Nochebuena.

Te diría: "pásate a cenar el 24" he preparado un lomo de cerdo relleno con almendras y piña con una salsa caramelizada de cereza.

He intentado localizarte pero parece ser que no tienes cuenta abierta en Internet. Ya se que siempre has sido un poco dejado para estas cosas. Pero podrías llamarme un día y tomaríamos unos vinos. Yo ahora tengo mucho tiempo libre y supongo que tu también. No ha sido culpa mía, lo he intentado todo, pero entenderás que entre cinco millones de parados me sea imposible dar contigo. En la oficina de trabajo temporal tampoco diste tu dirección de correo y el piso supongo que al final te lo embargaron. No sé donde mandarte mi invitación, pero créeme que la mantengo en pie. Bueno te dejo. Quizás pueda ser la próxima noche buena.

No es cursilería. 
Es cierto que preparé este plato y se quedó sin poner en la mesa.

Dios y mi llanto
saben a quién nombro tanto.


martes, 27 de diciembre de 2011

Sencillo de hacer, delicioso de comer.

Maricos preparados por la gran cocinera Dª Teresa de Manrusia una de estas Navidades.
Lo bueno no tiene secretos. Un poquito de calidad, vuelta y vuelta en la sartén y a por ellos.


Una buena cocinera siempre ayuda.



Y con buen jamón, así cualquiera.


Rajoy, dejanos como estamos.

Que el pobre tambien coma jamón.

FELICES FIESTAS
y
PROSPERO 2012

Rumiando la tarde.

Rumiando la tarde en el Parque del Pricipe, Cáceres 1 de septiembre d 2007

Aunque Cáceres es ciudad digna de ver, yo cada vez la visito menos y con menos ganas. Ya la  ciudad no me parece mía, me parece más de otros. Los cacereños no me reconen ni yo los puedo reconcer. Paseo por Canovas mirando fijamente a la cara a los que me cruzo. Sus caras no me dicen nada. Voy buscando al compañero de clase, al camarada de vinos en el Mesón de los Castuos o en la Machacona, y no veo mas que a viejos canosos o calvos. Ya no queda nadie de mi edad. Aunque mis hijas me dicen que soy de la edad de piedra ya no reconozco ni a las piedras de mi edad. 

Supongo que, en alguna de mis visita a la vetusta Cáceres, me he cruzado con algún compañero de pupitre. Quizás pase junto a Telesforo Alcón Paule y él tampoco me reconoció. Y he buscado a Juan Duarte por la Parte Antigua, en el mismo sillar de granito de la Plaza San Jorge, donde una noche, después de muchos vinos, hablamos de filosofía y de política y renegábamos de Dios y de Fraga Iribarne, que no hacia mucho había visitado Cáceres. Y reíamos al recordar la pinta de su esposa (que en paz descanse), una rubia Marilyn, saludando con él desde el balcón de la Delegación de Gobierno. Y como nos llevan las pierna, tan ligeros, cuando los grises cargaban contra nuestro abucheo.

He buscado a Fernando Carbajal, "El dragoncito" como Candisky y yo le llamabamos. Pero al Fernando parece que se lo ha tragado el tiempo, como a mí. Busco sus pinturas en Internet y no encuentro casi nada. ¿Tendrá una página?. No creo. Pregunto por él cuando voy a visitar mis ruinas. "Si le ví, de dice Candsiky, pero no se bien que hace ahora". ¿Sigue dando clases de dibujo en Magisterio? pregunto. Eh, ¿Como? Ya magisterio no es magisterio. La Normales están cerrada a los docentes (decentes). Es normal en los tiempos que corren. 

He buscado las pisadas por Cáceres de Narbón, pero nada mas ilusorio. A quien puede interesar los campesinos abrasados por el sol y el mal salario, las caras consumidas por las miradas del cacique, la sordidez de lo sordino. Todo está dicho ya. ¿Que se puede añadir?
 

 
Rumiando la tarde de agosto por el Parque del Principe solo pude ver lo que digitalizó mi cámara digital. Y quizás algunos de estos paseantes se sientan tan ausentes y distantes de esta ciudad que yo, sin tan siquiera haber salido nunca de Cáceres.

Juan Barroso
@2011.
 


Potes y la televisión


Esta es Alicia en Potes (Santander), un viernes, 15 de agosto de 2008. Mirando hoy la foto, me ha venido a esta pésima memoria que tengo, que yo, en 1963, miraba el río Quiviesa desde el mismo puente en el que posaba Alicia 45 años después. Ya ves, 45 años. ¡ Cuanta agua y cuanta gente habrá visto pasar el Quiviesa ¡

Fui a Potes desde Pesaguero, un pueblecito mínimo de los Picos de Europa. Tenía 8 años y debía hacerme un análisis de sangre. Yo he tenido siempre pánico a las agujas. Tanto como Monseta. Mi padre me sacó de casa hasta el autobús a rastras y con la promesa de que en Potes haríamos un estupendo desayuno y que vería algo sorprendente. Un aparato nuevo. Lo nunca visto. Una caja con un cristal en donde aparecían gente hablando y cantando. Se llamaba televisión. El dueño del bar, donde desayunaríamos después de ir al médico, había comprado "una televisión". Si, una televisión. No se porqué a este aparatejo se le calificaba como femenino. Una televisión en lugar de un televisor, como lo llamamos hoy.  

Este aparato era considerado en aquellos tiempos como algo diabólico y maligno. Una brujería de los tiempos modernos. "No se donde iremos a parar" decían los mayores. Yo aun no sabia nada de sus perversidades o bondades, nunca la había visto. Ni las caté aquel día. Ya veréis el porqué.

Al salir del médico, después de una descomunal sangría, no se como sacaban tanta sangre aquellos malditos carniceros o eso me pareció a mis 8 años, yo arrastraba un sofoco del 15. Nos dirigimos a un bar, que creo recordar, se encontraba justo en los portales que hay detrás del coche rojo que aparece en la foto de Alicia. 

Al entrar, el bar apestaba a cabrales, y  señalando al fondo, casi en el techo, mi padre dijo: "Mira una televisión". Yo con mi llantina no recuerdo haberle hecho mucho caso. Me impresionó más cuando mi padre pidió un café con leche y un "cruasan con matequilla" y para él una copa de orujo. Claro, él ya había hecho un buen desayuno antes de salir de casa. Como a él no tenían que sacarle sangre, eh. Yo, nunca había comido un "cruasan". 

Aunque continuaba yo con cara compungida y ofendidísimo por la sangría que me acababan de hacer, me encontraba algo mas repuesto y animoso después de zamparme el "cruasan" y dije a mi padre que quería ver la televisión. Mi padre dijo con autoridad al dueño del bar: "Pon la televisión para que la vea el niño". "Ahora no dan nada, solo sale la carta de ajuste". "Bueno ponla de todas forma para que se quede tranquilo". Y vaya birria de televisión. La carta de ajuste y un ruido insoportable a huevos friéndose. 

Y así regresé a Pesaguero en autobús a la hora de comer. Lo bueno de Pesaguero era que cuando nevaba no íbamos a la escuela y yo y Toñy nos quedábamos en la cama de mis padre saltando toda la mañana.

De una de estas mañanas recuerdo una historia con una caja de Laxenvusto, que es para contar otro día. Casi mejor sería que la contase Toñy, mi hermana.

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Video de Pesaguero  



PESAGUERO


Excmo. Ayuntamiento de PESAGUERO

El municipio de Pesaguero lo forman 10 aldeas, de las que ninguna llega a los 100 habitantes. Las más destacadas son Caloca, Valdeprado, Lerones, Lomeña y Pesaguero.
Situado al sureste de la cabecera comarcal, por este área de montaña lebaniega discurre el río Bullón formando un estrecho valle. Un hermoso paisaje constituido por pequeños pueblos, ricos pastos y bosques bien conservados: carrascales en las zonas bajas, en los montes de Lerones o extensos robledales y hayedos en el curso alto.
La actividad económica básica de la población se centra en la ganadería de montaña: vacas (pardo alpina, frisona), ovejas y cabras. Por otro lado, la agricultura se basa en la pradería para el ganado y en cultivos de tipo forrajero. La gastronomía se sustenta en la calidad de sus productos: garbanzos, orujo, queso..
Destacan las iglesias góticas de Caloca y Avellanedo. La arquitectura civil está representada por casonas de gran calidad del siglo XVIII en Vendejo y Valdeprado e igualmente destaca la arquitectura popular de las diferentes localidades.


domingo, 25 de diciembre de 2011

Calle del Laurel en LogroñoH

Todo un invento.

He pasado por Logroño en diciembre. Un simple descaso en un penoso viaje a Navas de Rey.
De Logroño llevaba como principal referencia la calle del Laurel par tomar unos vinos. Tampoco tenia tiempo para más. Y aunque la vi solo de noche, Logroño, tiene pinta de ser una bonita ciudad.

Eso si, la calle del Laurel, apoteosica. Una de las tasquitas se anuncia "Nos hemos vuelto locos. Todo a 1 euro". Buen vinito de Rivera de Duero y buenas tapas.



Ensalada entretenimiento


Esto es lo mas guapo de mi casa (entre otras), lo segundo es entretenimiento gastronómico.


Una sencilla ensalada. Al confeccionarla tenía más interés de agradar a los ojos de una miope que reconocimientos gastronómicos.

Sobre unas humildes hojas de lechuga hay tronco de panzanella, un trocito de tomate seco en aceite, queso de cabra y gorgonzola.


Como he dicho, ahora tengo tiempo. Mucho tiempo




He descubierto que cocinar puede se estupendo. Tengo una afición enfermiza por la pintura y he comprobado que la cocina y la pintura tienen mucho en común.

En la cocina, los alimentos tienen las mismas posibilidades que los colores. Unos son pastoso como el oleo, otros sutiles como la acuarela. Y lo extraordinario es que se puede combinar todo. Y los resultados son siempre sorprendentes.

Las cosas más trascendentes siempre son las mas cotidianas. Así de simple.


Es estupendo envejecer. Pobre el hombre que no envejece dignamente. Espero con impaciencia ser un viejete de 100 años. Estoy deseando que me llegue el momento. Como canta Paco Ibañez, espero impaciente, no antes de los 100 años, que ese buen Dios, en el que no creo y con quien siempre voy, me ponga la mano en el hombro, y diga sube para ver si estoi.

Este año ha sido glorioso. Ya me veis. Comienzo a vivir de nuevo.


Cree este blog hace años. Hoy, día 25 de diciembre de 2011, día de Navidad, y despues de oir el discurso de su majestad, " todos somos iguales ante la ley" ;o), me decido a activar el blog. Creo que es un momento oportuno. Es el momento por que corren malos tiempos para la lírica. Tiempo al tiempo. Ya lo veréis. Dice Serrat en su disco Antonio Machado: "Profeta, ni mártir, quiso Antonio ser, y un poco de todo lo fue sin querer. Miró hacia atras y no vió más que cadaveres sobre unos campos sin color, su jardin sin una flor y sus bosques sin un roble. Viejo y cansado, a orillas del mar, bibiose sorbo a sorbo su pasado. Profeta, ni sabio, quiso Antonio ser. Y un poco de todo lo fue sin querer"