Esta entrada es el producto de mi reflexión, "breve/simple", pero sincera, sobre lo que significa del tiempo en la obra del pintor.
Después de meditar, como lo haría un novicio a monje tibetano, sobre "El Pintor y el Tiempo" debo presentar alguna conclusión material sobre lo que digo, el resultado tangible de mis desvarios taoistas. Digo Taoistas por utilizar un termino con caché. Yo, siendo sincero, para mis adentros, los llamo residuos neuronales de mi irreversible vejez. Aun así no quiero reprimirlos y doy pública fe de este estado de lucidez a la que en ocasiones nos conduce este dichoso estado senil. ;o)
Pero, bueno, la obra en cuestión, es esta:
El agua apaga el fuego y al ardor los años
1 comentario:
tiene una composición muy bonita, amis compañeros del trabajo les ha gustado mucho.
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