Mi maestro Zen
Me senté frente al maestro,
un hombre como tú o como yo,
que pudiera ser Machado.
Y pasó la tarde
y no nos dijo nada.
El milagro vino en la mañana,
cuando en la nada
sin ser todo fue nuevo;
sin permiso de Dios
entró el Sol por la ventana.
Y todo era vacío.
Y el ser era la nada.
Juan Barroso
Barcelona a 28 de marzo de 2013
2 comentarios:
Poesia Zen eternalista. El maestro sin duda era Machado
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