domingo, 25 de diciembre de 2011


Es estupendo envejecer. Pobre el hombre que no envejece dignamente. Espero con impaciencia ser un viejete de 100 años. Estoy deseando que me llegue el momento. Como canta Paco Ibañez, espero impaciente, no antes de los 100 años, que ese buen Dios, en el que no creo y con quien siempre voy, me ponga la mano en el hombro, y diga sube para ver si estoi.

Este año ha sido glorioso. Ya me veis. Comienzo a vivir de nuevo.

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