POEMA DE INVIERNO.
Dedicado a mi amigo Enrique Crusellas.
Hace unos días leí su post en Facebook en el que entraba diciendo:
Lapices esparcidos por la habitación.
Libretas amarillentas , dibujos rotos.
A mitad de este texto, que él escribe en prosa pero que pudo se verso, dice:
Queremos volver a ser niños ....
jugar en el parque, volver a casa
con el pantalón roto, y la cara sucia
Estos fragmentos que destaco de su escrito se quedaron dando vueltas en mi cabeza de pintor como una brocha de crin de caballo ante un lienzo en blanco. Y las palabras fueron tomando forma de soneto imposible de ser soneto, una especie de verso de pie quebrado en el que aveces me pienso sin saber quien soy. Y por eso me busco y no duermo.
Tú soy yo.
Yo, desde mi ventana
a oscuras, te miro.
a oscuras, te miro.
Tú, adormecido otra vez
al nacer la tarde,
al nacer la tarde,
intentas rehacer
mi eterno poema.
mi eterno poema.
La tarde se cansa
y agoniza el verso.
y agoniza el verso.
Esbozando del rostro
una breve nota
una breve nota
de tu risa tierna,
de la fresca sombra
de la fresca sombra
en el cálido
caudal de tu boca.
caudal de tu boca.
.
Tú sentado
en mi negro abismo,
en mi negro abismo,
yo esperando
que pase este invierno
que pase este invierno
para no dejarte
dormido en el sueño
dormido en el sueño
del verso imposible
que no tiene objeto.
que no tiene objeto.
Tu debieras saber
que yo te miraba,
que yo te miraba,
queriéndome en ti
lo que yo quería:
lo que yo quería:
mi tierna vejez,
tu niñez tardía.
tu niñez tardía.
Te lo digo, debieras
saber, como yo,
saber, como yo,
que soy tu, que como tú
para niño soy viejo
para niño soy viejo
y comprendo también,
como tú, que soy yo,
como tú, que soy yo,
que aun eres joven
para un caldo añejo.
para un caldo añejo.
A las tres, incompleto el verso
te venció a deshora
te venció a deshora
y yo, de vejez más pueril,
le robé el aliento,
le robé el aliento,
a ese texto quebrado
que sueño despierto.
que sueño despierto.
Juan Barroso, 4 de diciembre 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario